
Feliciano López ha sido uno de los jugadores españoles más atípicos del ATP Tour por sus características de juego, gracias a un repertorio de recursos poco comunes entre sus compatriotas: servicio, presencia en la red, buena mano en la volea o el uso habitual de golpes cortados.
A sus 42 años, esta temporada anunció que este sería su último año como profesional y en el Mallorca Championships se despidió con una memorable actuación que lo llevó hasta los cuartos de final (p. con Yannick Hanfmann).
Pero su camino empezó desde muy pronto. En 2004, el toledano abrió su cuenta de títulos ATP Tour en Viena, precisamente el torneo que se disputa esta semana en la capital austriaca.
Las condiciones de este ATP 500, pista dura y bajo techo, han provocado que el palmarés del Erste Bank Open apenas cuente con presencia de jugadores españoles. Eso sí, Feliciano López fue el encargado de ser el primero de su país en ganar allí.
Había debutado en Viena tan solo un año antes, donde alcanzó los cuartos de final. Y en su retorno a la pista rápida austriaca cuajó una actuación inolvidable. Estrenó su camino remontando ante Agustín Calleri por 1-6, 7-5, 6-3.
En segunda ronda alcanzó velocidad de crucero frente al checo Bohdan Ulihrach 6-1, 6-4, mientras que en cuartos de final pudo con el alemán Rainer Schuettler por 6-4, 6-4 y en semifinales con el italiano Davide Sanguinetti por 6-3, 6-3.
En la final, que se disputaba al mejor de cinco sets, tenía que superar a Guillermo Cañas para poder celebrar su primer trofeo ATP Tour. Y así lo hizo después de tres horas y 35 minutos por 6-4, 1-6, 7-5, 3-6, 7-5.
“Jugué increíble durante toda la semana”, reconoció Feliciano entonces, después de coronarse con su primer título. “Al final del partido estaba nervioso. Fue muy importante para mí, el primer título es siempre el más difícil”.
Once años más tarde, en 2015, David Ferrer se añadió a la lista de campeones españoles en Viena. Hasta ahora, ellos son los únicos representantes de su país capaces de conquistar este ATP 500.