
Si la dificultad de ganar por primera vez un partido de cuadro principal en el ATP Tour es alta, hacerlo en un ATP Masters 1000 lo es aún más. Pero lograrlo en semana de exámenes del colegio es, cuanto menos, una hazaña. Eso es justamente lo que le ha ocurrido a Martín Landaluce en el Miami Open presented by Itaú, un evento en el que ha estado alternando la competencia con sus obligaciones académicas.
“Estoy en mi último año de colegio y esta semana es de exámenes”, expresó el madrileño en entrevista con ATPTour.com. “Por eso he estado estudiando esta semana. Con la diferencia horaria, tengo que estar haciendo exámenes a distancia a mis 7:30 u 8:30. Son de una hora y media. Y luego en la tarde hay que intentar sacar tiempo para una clase o lo que se pueda”.
Por estos días, además de ropa e implementos para tenis, el español de 18 años lleva en su maleta un bloc de notas y un bolígrafo de tinta azul, y allí recopila todo lo que ve en clase virtual y lo que luego debe memorizar para plasmar en sus finales. Hasta ahora ha tenido dos: economía e inglés. Aunque aún no conoce sus calificaciones, tiene seguridad de que los aprobará, así como los siete restantes, incluyendo los de castellano, historia y matemáticas.
Esa misma confianza que tiene de aprobar fue clave para superar el desafío de este jueves en pista ante su compatriota Jaume Munar, a quien derrotó con parciales de 6-3, 1-6, 7-5 a pesar de haber estado dos veces quiebre abajo en el decisivo. “Ha sido una batalla conmigo mismo”, expresó Landaluce.
Después de ganar la manga inicial, se sintió tan cerca de la victoria y sus consecuencias, que los nervios empezaron a pesar más que la ilusión. “Me he sentido fuera de mi cuerpo por un momento, como si fuera un fantasma”, diría después.
Pero una visita al baño tras el segundo parcial fue crucial para reencontrarse. “Mirarme al espejo me da mucha tranquilidad. Yo me voy hablando en voz alta, me digo: ‘Confío en ti, sé que lo vas a hacer, sé que eres valiente, vamos a ganar este partido’, y al final, día tras día diciéndote esto, vas generando un body lenguage muy, muy fuerte, y ha dado resultado”.
“La visita al baño después de un set me da paz interior, vuelvo nuevo a la cancha. Esta vez ha tardado un poco surtir efecto, pero mentalmente estaba con muchas ganas y al final eso me ha dado la victoria”, explica el campeón junior del US Open en 2022.
Es bien conocido que esta misma rutina ha sido exitosa para Novak Djokovic. Pero este no es el único guiño de Landaluce a grandes leyendas de nuestro deporte. El actual No. 360 del mundo también intenta copiar lo mejor de sus compatriotas Rafael Nadal y Carlos Alcaraz. Apenas entendible al ser un ocasional compañero de práctica de ambos. Incluso ha sido becado para entrenar en la Rafa Nadal Academy by Movistar.
“Ellos lidian muy bien con las batallas interiores. Parece que ellos no tuvieran nervios. Entonces poco a poco intento parecerme a eso: dar una sensación de tranquilidad y confianza por fuera, y por dentro conseguir que esos momentos de nervios cada vez pasen más rápido. Solo queda intentar imitarles un poquito”, añade Landaluce.
Emulando actitudes de los últimos campeones españoles de Grand Slam, este jueves ha conseguido ganar su batalla interior.
Pero otra razón de su remontada ha sido su familia presente en la tribuna: sus padres Elena y Alejandro, y sus hermanos Alejandra y Lucas, estos últimos ya graduados después de jugar tenis universitario en Estados Unidos. Todos ellos mayores, fueron su inspiración para empezar a jugar tenis cuando tenía un año de nacido, y ahora han sido su mayor motor para conseguir su primer triunfo en el ATP Tour.
“Ha sido un viaje en familia, y me han dado la victoria. Ha sido en parte por ellos. A mí me da mucha tranquilidad cuando están, me dan mucha confianza. Me lo paso muy bien con ellos fuera de pista, entonces me transmiten esa alegría cuando estoy jugando”.
Ahora buscará sumar una nueva victoria cuando enfrente el sábado al local Ben Shelton. No será el único deber que tenga por delante hasta entonces: también quedan algunos planes familiares y varios exámenes de por medio.