
“Estos días he leído una entrevista en la que Juan Carlos [Ferrero] decía que yo tenía que aprender que la temporada va de enero a noviembre. Y tiene toda la razón del mundo. Quizás me ha costado asimilar esta última parte de la temporada. Tengo muchísimas cosas que mejorar, y esa es una de ellas. Aprender que la temporada de un tenista no acaba en junio, agosto o septiembre, sino que dura hasta noviembre”.
Esa reflexión de Carlos Alcaraz llegó en noviembre de 2023, después de caer eliminado en las semifinales de las Nitto ATP Finals al perder contra Novak Djokovic, y apuntó directamente a cómo el español gestionó la recta final de la temporada, los torneos posteriores al US Open.
En 2023, tras el último Grand Slam de la temporada, Alcaraz cayó en las semifinales de Pekín (ante Jannik Sinner), ganó dos partidos en Shanghái y perdió a la primera en París, antes de llegar a las Nitto ATP Finals y ceder su primer encuentro frente a Alexander Zverev.
Aunque terminaría enderezando el rumbo (venció a Andrey Rublev y Daniil Medvedev para superar la fase de grupos y acceder a las semifinales, en las que cayó contra Djokovic), el murciano hizo un marcado ejercicio de autocrítica que Ferrero, su entrenador, compartió de principio a fin.
“A partir del US Open, hemos bajado un poquito el nivel y en ese aspecto hay que mejorar”, reconoció esos días Ferrero. “Hay que estar más concentrado en ser profesional todo el tiempo. Por otro lado, sabemos lo que hay que mejorar tenísticamente y mentalmente. Son cosas también de los 20 años que debe ir madurando. Él suele ser duro con sus propias autocríticas”.
Hay muchas cosas que distinguen a Alcaraz. Una de ellas es la altísima capacidad de aprendizaje que tiene, a pesar de ser todavía casi un adolescente (22 años). Si en 2023 la temporada se le hizo demasiada larga, en 2024 ha trabajado para evitar que le volviese a ocurrir lo mismo.
Después del US Open, y a pesar de haber vivido un verano muy intenso con la disputa de los Juegos Olímpicos de París 2024 (donde se colgó la medalla de plata), Alcaraz ayudó a España a clasificarse para las Finales de la Copa Davis (ganó sus dos puntos individuales, ante Francia y la República Checa respectivamente), fue decisivo en la victoria del Team Europa (conquistando el punto decisivo a Taylor Fritz) y se marchó a la gira asiática, donde ganó el trofeo en Pekín en una épica final a Jannik Sinner (también cayó en cuartos de Shanghái frente a Tomas Machac).
Su derrota en los octavos de París ante Ugo Humbert no oculta una realidad evidente: Alcaraz aprendió de 2023 para llegar preparado al tramo final de 2024, con hambre, con la llama encendida, con la competitividad afilada.
Dicho y hecho: el español llega a Turín con los deberes hechos, listo para afrontar el desafío de coronarse campeón de campeones.